Pobreza..?

¿Alguna vez se han imaginado no ser pobres?

No de la pobreza terrenal........
¡La pobreza no es lo poco que tenemos, si no el poco valor que poseemos para apreciar nuestra riqueza!

Toda persona que quiere  salir de la pobreza, también tiene que salir de sus pensamientos,  debe de cambiar de inmediato su forma de hablar, pues todo lo que decimos o pronunciamos, de la misma forma, se hace realidad. 
-Si pensamos que estamos enfermos, enfermos estaremos, si pensamos que estamos derrotados, derrotados estaremos y si pensamos que vamos a triunfar, hemos triunfado; porque no nos olvidemos que el éxito en la vida se inicia en nuestra forma de pensar y en nuestra forma de hablar.

 La vida y la muerte están en el poder de la lengua, porque cuando hablamos ocurren cosas, de tal forma que la lengua es casi como una varita mágica. Lo que uno dice sucede. Tenemos que hacer una revisión de nuestra forma de hablar.
Tenemos que hablar cosas trascendentes e importantes.

 El mayor obstáculo para salir de la pobreza está constituido por la forma de pensar. Las palabras son símbolos, tal como se nos dice. Fácilmente ustedes pueden descubrir que un símbolo de una palabra puede significar la suma total de una combinación de innumerables ideas, conceptos y experiencias. Por medio de una palabra pueden inducir a otros a actuar correctamente, como también una sola palabra puede provocar una gran discusión o una gran alegría. 

Si bien es cierto no debemos hacer caso a las críticas, también es cierto que la mayoría de la gente no se encuentra preparada para escuchar palabras fulminantes, por eso es mejor estimular a las personas hacia el triunfo, una palabra de elogio es un buen método, el mismo que es como la luz del Sol para el espíritu humano. 
Existen muchísimos casos en que unas pocas palabras de elogio cambiaron el porvenir de millones de millones de personas. 

Así por ejemplo, hace más de medio siglo, un niño de diez años trabajaba en una fábrica de Italia. Anhelaba ser cantor, pero su primer maestro lo desalentó. Le dijo que no podría cantar jamás y que no tenía voz. Pero su madre (siempre nuestra madre) una humilde campesina, lo abrazó y lo alabó, y le dijo que sí, que sabía que cantaba bien, que ya notaba sus progresos; y anduvo descalza mucho tiempo a fin de economizar el dinero necesario para las lecciones de música de su hijo. Los elogios de aquélla campesina, sus palabras de aliento, cambiaron la vida entera del niño. Éste niño se llamaba Caruso, quien posteriormente se convirtió en el más famoso y el mejor cantante de ópera de su tiempo. Se dan cuenta ustedes, cuánto pueden hacer con cambiar una sola palabra. Una sola palabra convirtió un fracaso en triunfo.

Pronunciar palabras negativas (fracasadas), equivale a un fértil huerto donde las malas hierbas crecerán con abundancia, sino se siembran allí semillas de una cosecha mas deseable.